El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó este viernes la construcción del oleoducto Keystone XL, rechazado por su antecesor, Barack Obama, aduciendo afectaciones medioambientales.
TransCanada Corporation, la empresa canadiense que construirá el oleoducto, buscó por primera vez en 2008 el permiso presidencial para la sección transfronteriza del proyecto.
“(Será construido) con la mejor tecnología que nunca haya visto el hombre”, dijo Trump al hacer el anuncio en la Casa Blanca.
Se trata de un proyecto de más de 1,400 kilómetros que permitirá trasladar más de 800,000 barriles de petróleo al día, desde las arenas bituminosas de la región de Alberta, en Canadá, hasta Nebraska, y permite completar la línea de tuberías que ya conecta Nebraska con las refinerías en el Golfo de México.
En su campaña, Trump anunció que retiraría a Estados Unidos del acuerdo mundial sobre clima de la Organización de Naciones Unidas, aprobaría el proyecto de oleoducto Keystone XL desde Canadá y revocaría medidas tomadas por el presidente Obama para reducir las emisiones en Estados Unidos y proteger los cursos de agua.
A principios de año, TransCanada Corp demandó al Gobierno de Estados Unidos en una corte federal de ese país, sosteniendo que el rechazo del presidente Obama al oleoducto Keystone XL excedió los poderes que le da la Constitución.
Obama rechazó el oleoducto transfronterizo en 2015, siete años después de la primera propuesta para su desarrollo. TransCanada también presentó una acción legal amparándose en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), diciendo que la negativa del permiso para el proyecto fue “arbitraria e injustificada”.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, se ha apartado de las deliberaciones porque hasta el pasado mes de enero ocupaba la presidencia de Exxon, el mayor productor de crudo de Estados Unidos y que cuenta con inversiones en las arenas bituminosas que alimentarán el oleoducto.
“Si vamos a prevenir que gran parte de la Tierra sea inhabitable a lo largo de nuestras vidas, entonces tendremos que dejar gran parte de las energías fósiles bajo tierra, en vez de quemarlas y contaminar la atmósfera aún más”, dijo Obama al anunciar su decisión en 2015.