El presidente Donald Trump perfila una división de las empresas automotrices en cuanto a la aprobación o rechazo de las nuevas normas que posiblemente entrarían en vigor con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) actualizado, y entre los estados de su país respecto a nuevas normas ambientales estadounidenses.
Hace dos semanas, la Auto Alliance, integrada por Volkswagen, BMW, Mazda, Toyota y otras ocho empresas, rechazaron la nueva propuesta estadounidense de reglas de origen de la industria automotriz presentada como parte de la actualización del TLCAN, de un contenido regional de 75% para autos, entre otras medidas.
La Auto Alliance es una organización de 12 empresas que representan 70% de las ventas anuales de automóviles y camiones ligeros nuevos en Estados Unidos y está conformada por BMW, FCA, Ford, GM, Jaguar, Land Rober, Mazda, Mercedes Benz, Mitsubishi Motors, Porsche, Toyota, Volkswagen y Volvo.
En contraste, el Consejo Americano de Política Automotriz (AAPC, por su sigla en inglés, e integrado por Ford, General Motors y Fiat-Chrysler), manifestó que respalda la nueva “dirección” que han tomado las negociaciones del TLCAN referentes al sector automotriz.
Trump afirmó este fin de semana que México y Canadá no quieren dejar la gallina de los huevos de oro, en referencia a mantener las ventajas que les da el TLCAN.
“México y Canadá obviamente no quieren perder la gallina de los huevos de oro, pero yo represento a Estados Unidos. Yo no represento a México y yo no represento a Canadá, así que veremos si podemos llegar a un acuerdo razonable”, dijo.
Esto lo comentó en reunión con presidentes de empresas automotrices en la Casa Blanca, donde al presentarse el líder de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, Trump comentó: «Por ahora este es mi tipo favorito de todos los que están aquí», porque decidió trasladar líneas de producción automotriz de México a Michigan.
“Estamos trabajando en los estándares CAFE, en medidas sobre el medioambiente y en cómo fabricar más automóviles en Estados Unidos”, dijo Trump al abrir una mesa redonda con representantes de General Motors, Fiat Chrysler, Ford, Volkswagen, Nissan, Toyota, Mercedes-Benz, BMW, Honda y Hyundai, de acuerdo con la agencia Efe.
Los estándares CAFE (Corporate Average Fuel Economy) son objeto de debate en Estados Unidos porque la administración Trump quiere aligerar las normas establecidas por Barack Obama para el período 2022/2025 con el objetivo de reducir gradualmente el consumo promedio de la flota de cada fabricante a 4,32 litros cada 100 kilómetros para el 2025.
Los constructores dicen que los objetivos establecidos por el gobierno anterior son demasiado estrictos, pero también temen verse obligados a cumplir con diferentes estándares según cada estado.
California, el estado más poblado de Estados Unidos y tradicionalmente demócrata, podría establecer estándares más estrictos que los previstos por CAFE y una decena de otros estados han indicado que seguirían su ejemplo.
Trump ha hecho de la renegociación del TLCAN una prioridad inicial prominente de su gobierno. Lo ha considerado como el «peor acuerdo comercial» y ha declarado que puede tratar de retirar a Estados Unidos del mismo. Sus críticas las ha centrado en el déficit comercial de su país.
Sin embargo, muchos economistas sostienen que el déficit comercial es producto de la política macroeconómica de Estados Unidos y que es probable que los tratados de libre comercio afecten la composición del comercio, pero tienen poco impacto en el saldo negativo en la balanza del comercio exterior estadounidense.