Las propuestas presentadas por el presidente Donald Trump para regular el comercio entre Estados Unidos, México y Canadá han comenzado a generar una reacción más activa entre legisladores, empresas, consumidores y gobiernos afectados, reflejando en forma más clara una división interna sobre la política comercial estadounidense.

Conforme el gobierno de Donald Trump puso sobre la mesa de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) propuestas que restringen el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, ha crecido la manifestación de inconformidades en el Congreso y se han vuelto más activos los grupos lobby para tratar de contrarrestar esas iniciativas.

Varios congresistas no están conformes con los planteamientos de Trump en la negociación, dijo una fuente que se reunió con senadores y representantes estadounidenses el fin de semana.

En la medida que las propuestas de Trump no tengan un apoyo interno sólido, tienen una mayor posibilidad de ser rechazadas en las mesas de negociación.

Una de sus iniciativas consiste en que para un grupo determinado de productos se podría demostrar daño en un periodo más corto de tiempo en las investigaciones sobre prácticas desleales por dumping y subsidios prohibidos. El listado comprende productos en los cuales México es competitivo en sus exportaciones al mercado estadounidense.

“Obviamente eso no está consensado, porque dentro de Estados Unidos hay múltiples organizaciones y hay múltiples estados, por ejemplo California, Oregón y Washington, que no están de acuerdo con estas disposiciones presentadas por Estados Unidos”, dijo Raúl Urtiaga, coordinador general de Asuntos Internacionales y encargado de la negociación del TLCAN de la Secretaría de Agricultura.

“Hay asociaciones de importadores y estamos viendo también un movimiento con los consumidores de este país que tampoco apoyan estas iniciativas. Donde menos puedes permitir la inflación es en alimentos”, agregó.

La semana pasada grupos empresariales de Estados Unidos advirtieron que su país puede perder mucho si abandona el TLCAN.

«Las empresas representadas en la Mesa Redonda de Negocios están muy preocupadas por los informes de que la administración de (Donald) Trump debilitará el TLCAN con cambios drásticos que interrumpirían las cadenas de suministro que han beneficiado mucho a las empresas, los trabajadores y los consumidores de Estados Unidos en las últimas dos décadas», dijo Josh Bolten, director general de ese grupo, cuyas compañías generan más de 16 millones de empleos y registran ingresos anuales por 7 billones de dólares.

A su vez, la consultoría Boston Consulting Group proyectó que la industria de autopartes de Estados Unidos podría perder hasta 50,000 empleos si se pone fin al TLCAN y las empresas deben pagar consecuentemente aranceles más altos por enviar productos a México y Canadá.