El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles que su país podría negociar un acuerdo comercial independiente con México y que, más adelante, podría trabajar en un acuerdo con Canadá.
En conferencia de prensa, Trump dijo que se han dado «buenas sesiones» con México y con el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
El viernes pasado, en una visita de trabajo a la Ciudad de México, el secretario de Estado, Michael Pompeo, afirmó que el presidente Trump quiere éxito en las relaciones entre Estados Unidos y México.
“Tiene aquí a cuatro de los líderes de mayor rango (del gabinete) justo después de haber sido elegido”, le dijo Pompeo a su homólogo, Luis Videgaray.
Pompeo viajó a la Ciudad de México acompañado por el asesor de la Casa Blanca y yerno del presidente, Jared Kushner; el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
“Quisimos venir para hacerle saber que el presidente Trump está muy interesado en el éxito de las relaciones entre nuestros países”, dijo.
Pompeo y López Obrador confiaron en que la relación bilateral mejore y se refuerce con el próximo gobierno, que comenzará el 1 de diciembre.
“Sabemos que ha habido baches en el camino entre nuestros países pero el presidente Trump tiene la determinación de que la relación entre nuestros pueblos sea mejor y más fuerte”, dijo Pompeo a López Obrador tras felicitarlo por su victoria.
Además de las cuestiones migratorias, Trump ha hecho de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) una prioridad inicial prominente de su gobierno. Lo ha considerado como el «peor acuerdo comercial» y ha declarado que puede tratar de retirar a Estados Unidos del mismo. Sus críticas las ha centrado en el déficit comercial de su país.
Desde la perspectiva del gobierno de México, Estados Unidos ha dificultados las negociaciones con propuestas radicales, llamadas «píldoras de veneno», como la cláusula del sunset, con la cual se terminaría automáticamente el acuerdo comercial cada quinquenio, a menos que los tres países acordaran antes renovarlo; reformas en la metodología para fijar cuotas compensatorias por dumping o subsidios en productos agrícolas; reglas de origen en el sector automotriz con contenido estadounidense, y cambios en los mecanismos de resolución de controversias.
Hasta ahora, se han concluido sólo nueve de 30 capítulos, quedando pendientes los asuntos más controvertidos, todos puestos en la mesa por el gobierno del presidente Trump y con el objetivo expreso reducir el déficit comercial estadounidense con México y Canadá.